domingo, 25 de marzo de 2012

El Club de Remo de Chapela saldrá a la calle para protestar por las deficiencias de su sede

La precaria situación en la que se encuentran los integrantes del Club de Remo de Chapela debido al retraso que acumula el remate definitivo de su sede ha agotado la paciencia de los deportistas. Los remeros amenazan con salir a la calle a protestar para reclamar a los responsables municipales una solución urgente a un problema que les obliga a utilizar unas casetas de obra como vestuarios. Además tampoco pueden usar el nuevo gimnasio por la falta de suministro eléctrico, que impide la puesta en marcha del sistema de ventilación o el agua caliente de las duchas.
El presidente del club, Fernando Collazo, califica la situación de "desesperante" por las dificultades que pasan a diario para entrenar. "Llevamos tres meses de promesas y buenas palabras, pero la realidad es que las semanas van pasando y todo sigue igual", lamenta.
Collazo mantuvo ayer una reunión en el Concello con los responsables del gobierno local para transmitirles la situación que atraviesa el club por el retraso que acumula el Centro de Deportes Acuáticos, en cuyo sótano tienen su sede. "El mes pasado nos dijeron que en quince días estaría todo arreglado pero no han hecho nada. Seguimos sin poder conectar las máquinas del agua caliente y de la ventilación de las instalaciones, y no sabemos hasta cuando seguiremos así", apunta ante la falta de un compromiso firme y una fecha concreta para resolver la situación.
Dos duchas
Los integrantes del equipo, más de cien deportistas entre las distintas categorías, actualmente disponen de un vestuario con solo dos duchas en una caseta de obra en el exterior del edificio de la piscina. Además el agua caliente depende de un termo de cien litros, por lo que únicamente llega para el aseo de cinco o seis personas. El resto debe contentarse con agua fría en pleno invierno, por lo que la mayoría optan por marcharse a sus casas sin ducharse antes de arriesgarse a un resfriado casi seguro.
Además, la falta de electricidad impide poner en marcha el sistema de ventilación de sus nuevas instalaciones, situadas en el bajo del edificio de la piscina, que carecen de ventanas al exterior. Esta situación provoca que los remeros no puedan utilizar el gimnasio, básico para sus entrenamientos.
Todos estos contratiempos ponen en riesgo la próxima temporada, que comenzará en febrero, en la que el club chapelano debe defender los logros del pasado año, donde quedaron en segunda posición en la Liga Gallega de Traineras por detrás de Amegrove, que se mostró intratable al ganar en las dieciocho pruebas de la competición.

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